"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
|
02-04-2018 |
Trías, el Agente Ríos y un Análisis de Coyuntura
Lopez Chirico
Desde el sábado 17 de marzo cierta distensión se ha apoderado de los que nos hemos preocupado por el delicado tema de Vivian Trías y su presunta relación con la inteligencia checa al saber que gente competente y responsable se está ocupando del asunto desde diciembre del año pasado
la diaria 26 de marzo de 2018 | Escribe: Selva López Chirico
Me refiero a los investigadores Aldo Marchesi y Michal Zourek, y a los artículos aparecidos en la diaria (el 17 de marzo) y Brecha (el 16 de marzo)
Estas investigaciones contribuyen a diluir esa imagen que se pretende dar de un “espía Ríos”, subordinado al bloque comunista, que intentaba conducir hacia allí al Partido Socialista (PS). Esto no condice ni con las ideas ni con la estatura intelectual de Trías. Tampoco con el testimonio de algunos protagonistas acusados de “entrismo”, que en cierto momento se pretendió entrever en el PS y que terminó con la expulsión de varios militantes. Algunos de ellos, conocidos míos, coinciden en afirmar que Trías no tuvo nada que ver con eso y que fue una figura totalmente lateral en la circunstancia.
Menos creíble resulta la pretendida subordinación del espía Ríos al bloque comunista a la luz de una carta inédita de Trías al director de la revista Nueva Sociedad , a cuyo requerimiento estaba escribiendo un artículo. Datada del 19 de junio de 1980, especie de “testamento ideológico político” porque fue escrita cuatro meses antes de su muerte ,(1) prueba que hasta el fin de sus días (Trías murió en noviembre de 1980) mantuvo sus convicciones fundamentales, bastante distantes de la “ortodoxia” del campo soviético, del que siembre había sido muy crítico. En esa carta resume el contenido de uno de los ítems del texto en que se encontraba trabajando, que titula “marxismo y dogmatismo”, exponiendo cómo en la versión estalinista el camino hacia el socialismo queda reducido a un derrotero sólo válido para Europa. Cito algunos fragmentos:
“[Iósif] Stalin enterró los trabajos de [Karl] Marx sobre ‘el modo de producción asiático' para sustentar sus criterios políticos en la revolución china. Así convirtió la concepción de Marx en un dogma falaz que aún perdura en los textos de la URSS. Lo que ha traído consecuencias muy negativas, como los errores cometidos por Moscú en China, la porfiada obstinación de que toda revolución tercermundista debe pasar por una revolución demo-burguesa inexorable, etcétera. [...]
La vigencia de leyes históricas generales y particulares que sólo rigen para una sociedad específica, la correcta evaluación de la ley de desarrollo desigual, etcétera [...] enseñan que no puede aplicarse un modelo único a cada desarrollo socialista, sino que cada uno responde a leyes propias emergentes de sus peculiaridades históricas, socioeconómicas, sociales, etcétera [...] El socialismo debe ser primero nacional, desenvuelto de acuerdo a los requerimientos específicos de cada sociedad, coronación, en cada nación, de un proceso histórico intransferible. Cuando a nombre de un ‘internacionalismo proletario' se intenta imponer un modelo único a todos los países, se violan elementales leyes históricas y la realidad no tarda en rebelarse, como en Hungría y Checoslovaquia [...] hoy existe un socialismo cristiano, un socialismo islámico, una renovada socialdemocracia no marxista, etcétera [...] que son otros tantos caminos hacia el socialismo. [...] Esto es para que usted aprecie el lío en que me he metido ” (2)
No tuvo tiempo de desenvolver la madeja.
Estas afirmaciones reproducen el pensamiento que Trías venía gestando desde por lo menos 20 años atrás y no sugieren ninguna subordinación al campo comunista o compromiso con la instauración y difusión del marxismo leninismo, que por cierto conocía muy bien. Menos aun, alguna pertenencia a la KGB.
Al pensamiento de Trías es imposible buscarle amos. Los investigadores Marchesi y Zourek dan noticias acerca de los archivos de los servicios secretos checos, de donde se han extraído los documentos en los que se basa todo este debate que se ha instalado. Se trata siempre de versiones digitalizadas, porque los originales se han destruido. Los archivos son muy abiertos y están a disposición de cualquiera que los requiera
¿Qué tan custodiados están para conservar su pureza? ¿ Qué hay de la procedencia de los escritos atribuidos a Trías?
Si en verdad fueran suyos, como parecen indicar algunos peritajes, ¿cómo fueron obtenidos? ¿A qué fin estaban destinados? ¿Se ha hecho alguna investigación acerca de los funcionarios encargados de los enlaces?
El ambiente de las tareas de inteligencia es opaco por definición y habría que sopesar cada una de las afirmaciones de funcionarios “diligentes” seguramente prestos a ensalzar y engrosar sus labores frente a sus superiores. La legación checa en la década de 1960 tenía mucha presencia en Montevideo y cultivaba variadas relaciones sociales.
Tal vez nunca se llegue a develar la verdad última de todo este asunto, que nos llegó de mala manera, por medio de figuras que andan en muy malas compañías y cuyas inmersiones en los archivos y por la índole de la difusión que de ellos hacen plantean muchas dudas respecto de sus fines.
Tengo la más absoluta convicción, por haber conocido a Trías, de que cualquiera fuera la naturaleza de la relación que llegó a tener con la legación checa en Uruguay (mucha gente la tenía por entonces) , lo hizo en la seguridad de que contribuía a la causa del cambio en sentido progresista de nuestras realidades . Y ello, sin renunciar a los hilos nodales de su pensamiento y de su obra, que le dieron sentido a su vida, en el acierto o en el error. Por eso es tan importante que investigadores serios se hagan cargo del tema, ajenos a todo intento de manipulación de sus ideas.
Para el análisis de las 12 páginas que integran el legajo de fuentes que están siendo usadas como producto del agente Ríos son fundamentales la fecha en que fueron redactadas y el “horizonte de visibilidad” de que disponía el autor cuando lo elaboró. Por el artículo publicado en Brecha supimos que las 12 páginas datan de mediados de abril de 1976, porque las primeras menciones y comentarios a este texto no consignaban la fecha. Esto es fundamental, porque juzgar a partir de un conocimiento posterior de los hechos puede llevarnos a serios errores de juicio.
Confronté los dichos del autor con muchos textos de buenos historiadores argentinos y estudiosos de las Fuerzas Armadas de la talla de Alain Rouquié y Alfred Stepan. El análisis del autor no contiene loas a Jorge Videla, que más bien aparece en el texto como un personaje enigmático. El autor recurre a Stepan para tratar de develar de qué se trataba esa corriente “profesionalista y apolítica” muy difícil de identificar ideológicamente. (3) Juzga a Videla por sus primeros dichos y acciones, ambos escasos en el momento en que escribe, y los enmarca como “posiciones moderadas”.
El autor tiene una conciencia evidente de la fugacidad y escasas alternativas del momento histórico que lo ocupa. Se refiere al régimen instaurado hace sólo dos o tres semanas como una “pausa en un país tremendamente convulsionado”, que crea un espacio para que todos los sectores revean posiciones y que es “positiva dada la ausencia de alternativas mejores” . Pero el nuevo régimen “tiene poco tiempo para satisfacer o defraudar”, a pesar de contar con un balance de fuerzas favorable, ya que “no existen fuerzas de envergadura capaces de canalizar la oposición de las masas, si las expectativas despertadas por el gobierno militar se desvanecen más o menos rápidamente”
La situación de referencia constante del autor es la etapa previa al golpe de Estado, es decir, el régimen de Isabel Perón y su caída en una profunda crisis de todo tipo pautada por la acción de la AAA y el lopezreguismo . Brecha (9 de marzo) ha rescatado el comentario que le mereció a Zelmar Michelini, en una carta a Carlos Quijano, la figura más visible del golpe del 24 de marzo, Videla, sindicado como “respetado, moderado, con prestigio profesional ”
Figuras de primer nivel en Argentina, como Antonio Cafiero, coinciden en la apreciación. (4) Y es muy conocido el hecho del almuerzo que compartieron Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges y algún otro escritor con Videla un mes después del golpe (al parecer, unos días después de la fecha de nuestro artículo)
Por su parte, el historiador Luis Alberto Romero asevera que “el grueso de la población recibió el golpe con inmenso alivio y muchas expectativas”. (5)
Vieron en ello una oportunidad de dejar atrás la siniestra época del último peronismo, en que la “guerra de aparatos” se libró mediante el terrorismo: mientras Montoneros liquidaba personajes conspicuos de la escena política, contra ellos operó otro terrorismo, por medio de aparatos parapoliciales –“nutridos de matones sindicales, cuadros de los grupos fascistas del peronismo y empleados a sueldo del Ministerio de Bienestar Social– que operaban con el rótulo de Acción Anticomunista Argentina, o más sencillamente Triple A” (6)
De esta etapa y del clima que entonces se vivía fueron y son testigos muchos uruguayos que se habían exiliado en Buenos Aires luego del golpe de 1973. Entre ellos estaba Hugo Cores, a quien le oí un relato novelesco de cuando zafó de un secuestro de la Triple A en una calle de Buenos Aires, haciendo un escándalo que incluyó desbaratar un puesto de frutas y verduras.
El miedo y la incertidumbre fueron el signo de la época. De ahí las expectativas que se abrigaban respecto del régimen recién instaurado, sobre todo porque el desconocimiento respecto de actores y sucesos que se revelaron después era generalizado. Los militares de la Junta eran oficiales jóvenes para el grado que revestían, con participación escasa o nula en los regímenes militares previos (1862, 1966), que ascendieron debido a pases a retiro producidos por las designaciones de Perón. El documento “Bases para la intervención de las Fuerzas Armadas”, que es más explícito respecto de los objetivos de la “reorganización nacional”, sólo aparece en enero de 1977 (6) Por lo demás, lo que hicieron no se atuvo a lo que dijeron.
En el análisis del autor hay cierta solvencia en torno a los factores específicamente militares y un conocimiento de la interna militar, en una época en que la intelectualidad, sobre todo la uruguaya, no solía tener conocimiento alguno del factor militar. No era así en Argentina, donde los militares fueron elemento de poder desde 1930 y hasta la izquierda, incluido el Partido Comunista, los tenía como factor a tener en cuenta en el accionar político (7)
En la descripción de las facciones en el Ejército, el autor repara en la existencia de una corriente a la que define como “nacional desarrollista” , reunida en torno al general Juan Enrique Guglialmelli y la revista Estrategia , de cuyo desarrollo espera el mejor desenlace para el proceso militar en curso, a falta de “mejores alternativas”
El texto hace referencias sutiles a la forma especial en que viven la política las Fuerzas Armadas. El autor la ve como una organización compleja, en la que el diferente peso de las armas se mezcla con diversidad de posturas ideológicas, y en la que hay siempre presente un conflicto interno entre esas facciones, que se va dirimiendo en forma pragmática, de acuerdo con las interacciones con el devenir político. Hace una observación sutil y veraz: cuando la política cesa, continúa en el seno de las Fuerzas Armadas.
Este análisis conlleva la visualización de una alternativa “peruanista ” (8) como el mejor desenlace posible, y es evidente la búsqueda de signos que puedan inducir esa esperanza. Los identifica en la integración del equipo económico, en la que, salvo Roberto Alemann, los otros pueden ser designados “nacional desarrollistas” (mucho más a la “izquierda” que los ministros del último peronismo). José Alfredo Martínez de Hoz aún no había logrado comenzar a implementar su programa debido a las resistencias militares; sólo pudo hacerlo desde junio de 1977 (9)
A esa altura de los acontecimientos, no era posible siquiera imaginar el plan bien acabado de “reorganizar” la nación eliminando hasta la posibilidad de una Argentina fundada en los elementos más jóvenes y sanos de la sociedad: los sectores obreros no contaminados por la corrupción del liderazgo peronista y las nuevas generaciones, ambos comprendidos en las 30.000 víctimas del genocidio.
No sé si este documento atribuido al agente Ríos fue redactado por Trías, pero creo que, a la luz de lo que se podía saber en los momentos iníciales del proceso militar, es ilegítimo extraer conclusiones condenatorias para su autor.
Creo que, dada la problemática instalada en torno a este asunto, muchas voces deberían incorporarse al análisis y a la crítica para reducir el espacio del uso interesado de los documentos que vayan surgiendo. Somos muchos los que conocimos a Trías en alguno de los diversos frentes de su actuación pública: el político, el de la lucha ideológica, el de la producción intelectual y el de la docencia. Sabemos de la entereza y la pasión que ponía en todas sus acciones. Muchos testimonios pueden construir un muro de contención contra la manipulación interesada de la obra y el pensamiento de un actor destacado de nuestro pasado reciente. Además, sería una buena forma de rescatar fuentes para nuestra historia.
Notas
(1). Carta a Daniel González, redactor responsable de Nueva Sociedad , 19 de junio de 1980 (inédita). Gentileza de la Fundación Vivian Trías.
(2). https://stbnobrasil.com/pt/viviantrias-o-maior-agente-da-stb-naamerica-latin
(3). Stepan, Alfred (1974). Brasil, los militares y la política . Buenos Aires: Amorrortu.
(4). Cafiero, en la previa al golpe de Estado, se refirió a Videla casi en los mismos términos: “Jorge Rafael Videla, de quien recibo información de que era apolítico, un hombre absolutamente profesional y que de ninguna manera podría encabezar un golpe”
(5). Romero, Luis Alberto (1994). Breve historia contemporánea de la Argentina . Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. p. 282.
(6). Canelo, Paula (2008). El proceso en su laberinto. La interna militar de Videla . Buenos Aires: Prometeo.
(7). Rouquié, Alain (1978). Pouvoir militaire et société politique en Republique Argentine . París: Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques. p. 657. López, Ernesto, “Doctrinas militares en Argentina. 1932.1980”, en Moneta, López y Romero (1985). La reforma militar . Buenos Aires: Legasa.
(8). En Perú, el sesgo de la nueva doctrina militar contrainsurgente que aconsejaba tener en cuenta el caldo de cultivo social de la subversión llegó a sus máximas consecuencias, inspirando las reformas extensas llevadas a cabo por el gobierno de Juan Velasco Alvarado. Desde fines de los 60 abundaba la literatura sobre esta experiencia. Ver, entre otros: Villanueva, Víctor (1969). ¿Nueva mentalidad militar en el Perú? Lima: Juan Mejía Baca, Lima. También Velasco Alvarado, Gral. Juan Vicente (1973). La revolución peruana . Buenos Aires: Eudeba.
(9). Romero, Luis Alberto. Op. cit. p. 291-293.
Fuente: La diaria
Vivian Trías, agente de un servicio de espionaje. La izquierda y la posverdad
Esteban Valenti
Nunca como en los últimos tiempos la izquierda ha tenido que tragarse enormes sapos que demuestran que no somos – como proclamamos a los cuatro vientos – ajenos y, sobre todo inmunes a vicios y deformaciones que siempre atribuimos a la derecha. En el poder e incluso en la oposición hicimos cosas despreciables. No me refiero a errores.
Montevideo Portal 27.03.2018
Por Esteban Valenti
Desde la deshonestidad y la corrupción en el poder hasta el novísimo recurso de apelar a la posverdad. Aunque el concepto tiene su historia, explotó en la opinión pública y en los medios sobre todo, luego de la campaña electoral de Donald Trump, acompañada con una curiosa definición de "verdades alternativas".
Posverdad, se refiere a toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público. En las bases de datos de la Real Academia de la Española (RAE), posverdad aparece con registros de uso que se remontan al año 2003.
¿La izquierda ha brindado información o realizado aseveraciones que no se corresponden con la realidad y que apelaron a las emociones, creencias o deseos del público, de cierto público?
Lo hicimos durante décadas y en forma constante, insistente y muy intensa. Y si queremos combatir la posverdad que tanto afecta el rigor en la historia, en los relatos políticos, en el prestigio y respeto de los ciudadanos hacia la política en general y a determinados actores de la política y de las instituciones, hay que responder una pregunta mucho más angustiante y compleja ¿Debe la izquierda combatir la posverdad o debe saber utilizarla? ¿Cómo debe hacerlo, en caso de querer derrotar ese instrumento?
Voy a utilizar un ejemplo, los medios electrónicos y sobre todo la TV le fue adversa en forma militante a la izquierda uruguaya durante décadas, lo denunciamos siempre y con mucha fuerza. Pero...llegado el momento y sin bajar la guardia en el debate, nos dimos los instrumentos para dar la batalla en la televisión y las radios. Y lo logramos en forma creciente , en la campaña por el voto verde, a pesar de las trapisondas, y en especial en las elecciones de 1989.
¿A pesar de que la posverdad no es una tecnología y su problema central no es la concentración de su propiedad, debemos hacer lo mismo con la posverdad?
Mi más profunda convicción es que no, que es un suicidio para la izquierda combatir esa profunda deformación de la realidad en base a nuestra propia posverdad. Para ello debemos reconocer, analizar críticamente que hemos hecho uso y abuso de "nuestra posverdad"
Todo la última etapa del socialismo real, la defensa del estalinismo en su época, la invasión a Hungría y Checoslovaquia, los presos políticos y por opinión en los países socialistas, la revolución cultural en China y muchos otros ejemplos, tienen y tuvieron una gran carga de posverdad, de apelar a las emociones y a la ideología y no a la realidad.
No hay lucha de clases, ni nada parecido, que pueda negar las barbaridades que ocultamos, tratamos de ocultar o le construimos justificaciones que en definitiva fueron la base de nuestra profunda derrota política y del derrumbe del "Muro"
Que algunos quieran seguir reivindicando la mentira, la deformación histórica, acusando al "liberalismo", es una muestra más del total abandono del espíritu crítico, que está antes y por encima de toda doctrina o conjunto de ideas
Es la base de las ideas progresistas y revolucionarias. Y darle el mérito al "liberalismo" de que es el propietario único e indiscutible de la lucha por la verdad histórica, es una derrota anticipada para las ideas de la izquierda.
Un ejemplo, hoy en día hay grupos de izquierda que se niegan a analizar los datos más elementales, básicos, constantes que llegan del desastre de Venezuela, no solo en el plano político, democrático, sino en todos los terrenos: económico, productivo, social, de la salud, de la emigración que llegan a diario y, esos grupos intentan construir un relato para disputar la opinión pública con falsedades, con deformaciones, con explicaciones que no resisten la menor confrontación con los hechos. Algunos - ya casi nadie - lo siguen llamando el socialismo del siglo XXI, cuando la realidad es "algo viejo y caduco" del siglo XIX y de socialismo no tiene nada.
En Uruguay en la izquierda también hemos construido relatos totalmente alejados de los hechos. Por ejemplo las causas complejas y completas del golpe de estado, la resistencia, creando protagonistas que no tuvieron prácticamente ningún papel en ese largo proceso de más de una década, porque estaban destruidos política y militarmente. Me refiero al MLN y a otras fuerzas.
En el análisis que hacemos en general del golpe de estado, no valoramos, ocultamos u olvidamos que fuera de los sindicatos, la CNT, la FEUU y poco más y, que todas las restantes organizaciones sociales, empresariales, no se manifestaron de ninguna manera en contra del golpe, y me animo a decir que había una importante corriente de apoyo a los militares. No analizamos las causas de ese proceso, que duró bastante tiempo, al punto que en el plebiscito de 1980, es cierto que ganó el No por el 57.20% pero también es cierto que el SI, obtuvo el 42.80% Es decir que había todavía una parte importante de la población que no repudiaba al régimen.
Eso no niega que Uruguay haya sido el único país de la región , que respondió al golpe de estado con una huelga general con ocupación de lugares de trabajo y estudio y que duró dos semanas. No hay antecedentes en América Latina ni en otros países de una resistencia de ese tipo ni de haberle ganado un plebiscito a una dictadura.
Junto a esto, el análisis de la interpretación de los comunicados 4 y 7, también merece ser profundizada, porque tiene muchas enseñanzas sobre el papel de la democracia en las definiciones de la izquierda uruguaya en aquellos años. Es un tema que he tratado en varias columnas intentando aportar una mirada autocrítica en especial por el papel del Partido Comunista y en particular por un lamentable editorial del diario El Popular, que incluso era una caricatura burda de la posición del PCU en esos años.
No me voy a referir al intento de imponer el relato sobre ciertos títulos universitarios inexistentes y sobre el uso y el abuso del poder en ciertas empresas del estado durante nuestros gobiernos. Lo dejo a la interpretación libre con los nuevos hechos a la vista.
Ahora, estamos en presencia de un proceso similar, la pertenencia o no de Vivian Trías como agente de la red del STB, el servicio de inteligencia de Checoslovaquia en los años 60 y parte de los 70 en América Latina y Uruguay. Durante 14 años.
El historiador Fernando López D'Alesandro investigó en una amplia gama de documentos escritos, manuscritos, y no conforme con esos elementos recurrió a dos peritos caligráficos para certificar si esos documentos eran auténticos, es decir si había sido manuscritos por el dirigente socialista Vivian Trías. Las conclusiones de los peritos no dejan ninguna duda:
"Todo lo expuesto nos permite concluir que los manuscritos que lucen en los documentos cuestionados e ilustrados ut supra, encuentran dentro de los parámetros entre los que fluctúan los caracteres que surgen de los manuscritos que usted nos proporcionara como pertenecientes indubitablemente a la autoría gráfica de Vivian Trías" Esc. María Gabriela March Urdangarín - Perito caligráfico, perito en documentoscopía y grafología
Luis Pablo Franzini March - Perito calígrafo, perito en documentoscopía y grafología
Los documentos que D'Alesandro puso a su consideración la convicción de su veracidad es "indubitable" como dicen los peritos.
Pero nunca faltan los que quieren a través de la interpretación, incorporar "otra" verdad. Me refiero a varios que escribieron sobre el tema.
Trías estuvo a sueldo del STB durante muchos años. No sabemos cuánto cobró en total. En definitiva es un detalle. Por lo tanto era "un agente" del STB en Uruguay y en la región. Los servicios no pagan por generosidad o por confluencia ideológica.
Trabajó al servicio, no de un partido político extranjero - lo que no es por cierto ningún honor - sino nada menos que a sueldo de un servicio de inteligencia, que es mucho peor y es diferente.
Lo hizo en tres planos: montando redes, con gente que ni siquiera sabía que estaba trabajando para el STB; realizando análisis sobre la realidad nacional o regional para ese servicio (ver el lamentable informe sobre Rafael Videla y su régimen asesino) y por último difundiendo ideas y materiales que le proporcionaba el STB o que generaba el propio Trías. No sé cuál de las tres cosas es peor.
Una acotación, si el informe sobre Videla, lo hubiera enviado a Papa Noel y no al STB, igualmente hubiera sido y es, un horror, por los enormes errores de apreciación, por el crédito que le dio a ese criminal y porque es parte de un enfoque que tiene sus raíces en lo que en su momento se llamó el socialismo nacional. A demás formó parte de una corriente de la izquierda latinoamericana que debería inscribirse en los peor de nuestra historia. Pero además lo envió al STB y se sumó al "apoyo crítico" de entre otros, el Partido Comunista Argentino a esa dictadura sangrienta que entre los 30.000 desaparecidos, asesinó a muchos uruguayos y unos cuantos comunistas argentinos...
Y que haya respetables historiadores uruguayos que pretendan justificar esa posición simplemente por un tema de fechas, es realmente injustificable. Yo vivía en esa época en Argentina, como también dos connotados dirigentes socialistas y cuando se produjo el golpe cantado, contra "Isabelita", dudo que alguien bien informado se tragara semejante pastilla de la "reorganización nacional". Es más, por aquellos días los que a falta de política, hacia seguidismo militarista, debatían eran las supuestas diferencias entre Videla (el duro) y Viola (el blando). Otra sanata.
Es cierto, Vivian Trías no se puede defender porque murió en 1980. ¿Y? ¿Por ello deberíamos callarnos todos y ocultar esa documentación o atribuir su condición de agente a la convergencia de opiniones entre él y el STB? Algunos argumentos, aunque provengan de honorables historiadores dan vergüenza.
Como el que afirma que en realidad había una convergencia entre las ideas y propósitos de Trías y el STB y por lo tanto no es tan grave que haya sido asalariado como agente. Es peor, quiere decir que el servicio checoslovaco ni siquiera tenía necesidad de darle orientaciones, creía que las que aportaba Trías eran totalmente funcionales a sus objetivos. Un horror.
¿Es doloroso? No tengo dudas que para los socialistas de muchas generaciones y sobre todo de los más viejos luchadores, es un trago muy amargo. Para los socialistas que estaban en Buenos Aires en aquellos años debe ser todavía más doloroso. Para algunos historiadores o alumnos de Trías, que valoran sus capacidades como docente e investigador - que las tenía sin duda - también debe ser un sapo muy grande de tragar.
Me ha sucedido y lo único que puedo aportar es la experiencia de que la verdad, solo la verdad, solo la realidad, cura y permite seguir adelante. Es doloroso para los frenteamplistas que lo cuentan como un destacado dirigente que estuvo en los primeros momentos del FA, pero barrer bajo la alfombra solo posterga y empeora todo. Porque, además el reguero de documentos que dejan los servicios es siempre letal.
Es cierto que era la guerra fría, que en América Latina atravesaba uno de los periodos más duros de esa guerra que veníamos perdiendo con enormes derrotas y horrores, pero eso no puede servir para explicar claudicaciones y "trabajos" de cualquier tipo. Aunque el dinero se empleara para un club de futbol, una biblioteca o varias publicaciones, siempre seguirá siendo trabajar como agente de un servicio de inteligencia. Y Trías era una persona muy inteligente y no tengo la menor duda que sabía perfectamente en que se había metido.
Que los servicios de inteligencia buscaban captar agentes a todos los niveles, es una las bases de su propia existencia, pero que uno de los principales dirigentes de un partido acepte esa función, es otra cosa muy diferente.
Además del tema del contenido de ciertos materiales, de la influencia de ese empleo como agente en su producción y divulgación, hoy en día la izquierda uruguaya, toda, que afronta junto a la izquierda en el mundo una crisis tan aguda y compleja, debe elegir los caminos y lo que no puede hacer es elegir ocultarse, entreverar, agregar supuestos cómplices para disminuir la gravedad de ciertos hechos. Volvamos con dignidad a nuestros orígenes, cuando la verdad, de los explotados, los postergados, los luchadores con principios y la verdad dicha ante los más poderosos nos marcaron a fuego. Y vaya si era incomoda.
Hubo agentes de los servicios de inteligencia que se cubrieron de gloria luchando contra Hitler, contra el imperialismo, por su patria y por su causa. ¿Es este el caso?
Si alguien lo piensa que nos lo diga. Ese es otro debate
Fuente: http://www.uypress.net/auc.aspx?84799,71
Copyright © 2007 SURda All rights reserved. webmaster@surda.se | |